Artículo: “De la grada a la trinchera”

Desde finales de los 80 la división política en la calle era una realidad, y en los campos de fútbol también; tras las elecciones en Croacia, los incidentes entre jóvenes croatas y serbios, cada vez eran más frecuentes.

Mientras en Europa, los hooligans surgieron por las desigualdades sociales, en Yugoslavia fue por las desigualdades políticas.

El 13 de mayo de 1990, tres mil Delije (ultras del Estrella Roja de Belgrado) viajaron en tren a Zagreb, para presenciar el enfrentamiento con el Dinamo de Zagreb.

El enfrentamiento entre los Delije y los Bad Blue Boys (ultras del Dinamo de Zagreb) iba a ser inevitable; una semana antes en Croacia se habían realizado las primeras elecciones regionales de las repúblicas yugoslavas, en las que la victoria del nacionalista Franjo Tuđman fue aplastante.

Los tres mil Delije fueron conducidos por la policía al estadio Maksimir, por el camino y antes de entrar ya hubo enfrentamientos con los Bad Blue Boys, que portaban banderas croatas, y se dedicaron a quemar banderas yugoslavas. Ambas hinchadas entraron piedras ante la impunidad policial, los serbios incluso ácido que utilizarían para quemar las vallas.

Los ultras serbios cantaban el que fuera el himno de los “chetniks”, que fue una organización guerrillera nacionalista y monárquica serbia de principios del siglo XX; y que convirtieron en un cántico anti croata.

A 10 minutos del inicio del partido, comenzó el horror, y cuando saltaron los jugadores al campo la pelea ya era multitudinaria, con carreras, asientos volando, golpes, patadas; y mientras la policía simplemente observaba. Los Bad Blue Boys desde la grada de enfrente, estallaron en cólera y acusaban a la policía de pasividad.

Cuando los ultras croatas saltaron al campo, la policía reaccionó para evitar que llegaran hasta donde estaban los serbios, y entonces se produjo una batalla campal con la policía intentado pararlos, mientras los ultras, iban arrasando con todo. Llovieron piedras de ambos lados, había varios focos de fuego, era el caos absoluto; la policía tuvo que lanzar gases lacrimógenos y manguerazos de agua a presión.

La pelea duro más de una hora, uno de los agentes de policía perseguía a un aficionado croata, al que tras resbalar y caerse al suelo, le golpeo con la porra varias veces; cuando Zvonimir Boban (jugador del Dinamo de Zagreb) lo vio, fue hacia él y le pego una patada, el jugador fue arropado por los ultras croatas que se lo llevaron. Pero la imagen de la patada del futbolista croata golpeando al policía, quedó durante mucho tiempo en la memoria de los yugoslavos.

Una batalla y una patada, que según muchos desencadenó la guerra entre Croacia y Serbia.


Los DELIJE durante los años 80, fueron un grupo ultra muy numeroso y temidos por muchos, su líder Željko Ražnatović, más conocido como Arkan, tenía tal poder, que hasta llegó a ser contratado por el club como coordinador de seguridad.

Ese comportamiento casi militar del grupo ultra, fue visto por Slobodan Milošević, que ordenó al jefe de Servicio de Seguridad Estatal, que hablase con Arkan para que los organizara.

El 11 de octubre de 1990 veinte ultras bajo las órdenes de Arkan y bajo el respaldo del gobierno yugoslavo de Belgrado, crearon la Guardia Serbia Voluntaria (Srpska Dobrovoljacka Gard), pero pronto fueron conocidos por el nombre de los “Tigres de Arkan”. Su popularidad era tal, que en pocos meses, 10.000 simpatizantes formaban parte esta guardia paramilitar.

Los Delije terminaron siendo un brazo armado del Estado, hasta algunos cánticos creados en 1991 tras vencer la Copa Intercontinental en Tokio, como “Srbija do Tokija” (Serbia a Tokio) pasaron de la grada al frente. Esta Copa fue el mayor éxito de cualquier club de fútbol en Yugoslavia, y la frase fue utilizada para burlarse de los otros grupos étnicos.

A pesar que la Guardia Voluntaria Serbia fue disuelta oficialmente en abril de 1996, los Tigres de Arkan, volvieron a actuar en Kosovo y formaron un grupo mafioso, que todavía está activo.

En 1996 Arkan se hizo con el equipo de fútbol FK Obilić, al que lo convirtió en un equipo de primera línea, llegando a ganar la Liga y participando en competiciones europeas. Amenazaba a los jugadores rivales, con canticos amenazantes de sus veteranos paramilitares desde la grada. La UEFA prohibió la participación del equipo en competiciones europeas; y Arkan acabó abandonando la presidencia porque la Interpol dio orden de capturarlo y ya no podía desplazarse con el quipo.

El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia emitió en 1999, una orden de búsqueda y captura contra Arkan, por crímenes contra la humanidad, pero no llegó a juzgarlo, porque el 15 enero de 2000 fue asesinado en el Hotel Intercontinental de Belgrado, cuando tenía 48 años. Fue enterrado con honores militares por sus voluntarios, en un funeral ante más de 20.000 personas. Para algunos era una vergüenza nacional, mientras que para otros era un patriota serbio.


La mayoría de la información de este post, es un resumen del artículo Yugoslavia, de la grada a la trinchera de Nacho Carretero para Jot Down Magazine, recomiendo la lectura del artículo con mucha más información.

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