Kilómetros
aproximados: 290.
Pusimos el despertador más o menos
como ayer, a las 7. Y tras las duchas y dejar las maletas preparadas, fuimos a
desayunar a un McDonald’s cercano (bastante pequeño y simple, no tenía McCafé).
PULA durante el período del Imperio Romano (siglos I a III) se construyeron en Pula
los monumentos clásicos más grandes de Croacia; el más magnífico es el
Anfiteatro. La ciudad tuvo todos los principales logros de la civilización romana,
sistema de suministro de agua y alcantarillado, Foro, dos teatros, y casas
ricamente ornamentadas con mosaicos y mármol.
Luego
fue conquistada por diversas civilizaciones, visigodos, ostrogodos, eslavos; y
fue en 1150 cuando juró lealtad a la República de Venecia y aceptó todas las
obligaciones (pagar tributo, construir y equipar galeras, apoyar en las
guerras, etc).
Tras
el largo periodo de los venecianos, fue conquistada por genoveses, y más tarde
por el Imperio austrohúngaro, que a finales del siglo XIX se dieron cuenta de
la importancia del puerto de Pula y comenzaron a desarrollar un enorme puerto
naval y astillero.
Después
de la Guerra y la ocupación alemana, fue en 1947 cuando volvió a su territorio
natural, Croacia y, por lo tanto a Yugoslavia; hasta que lograron su
independencia.
Sobre las 9’10 pusimos rumbo al
Anfiteatro, donde habíamos quedado con nuestra guía Maja a las 9’30.
El ARENA ANFITEATRO (Arena Amfiteatar) fue construido fuera de los
muros de la ciudad en el siglo I d.C. durante la época de Augusto y Vespasiano
(al mismo tiempo que el magnífico Coliseo de Roma). De planta elíptica, su
tamaño es aproximadamente 130x105 metros; que lo convierte en el sexto mayor anfiteatro
romano existente en la actualidad. Es el edificio romano mejor conservado de
toda Croacia, motivo por el que aparece en el billete de diez kunas. Era
utilizado para peleas y batallas de hombres y animales, se cree podía albergar
hasta 23.000 espectadores (hoy en día unos 5.000). Los pasajes subterráneos,
una vez utilizados por los gladiadores, hoy en día albergan una exposición de
la viticultura y el cultivo del olivo en Istria en la antigüedad. Horario
septiembre: 8 a 21. Precio: 50 HRK.
A esas horas estaba bastante
tranquilo, y nos gustaron mucho las explicaciones que nos daba Maja, hablaba
muy bien el español y la hora que duró la visita se nos pasó volando.
Regresamos a la casa, cargamos las maletas
en la furgoneta y poco más de las 11 nos pusimos en marcha.
En el día de hoy abandonábamos la
costa para ir hacia el interior, y visitar mañana los Lagos de Plitvice. Hasta
nuestra primera parada teníamos dos horas y media de viaje, la mayoría de los kilómetros
transcurrieron por autopista, donde nos encontramos bastantes obras y con algún
tramo de velocidad de 80 km/h, que fue bajando sorprendentemente hasta 30 km/h en
un viaducto.
La primera parada fue KARLOVAC, donde
paramos a comer en un minúsculo local de carretera Ćevapi Naski y probamos los primeros ćevapis del viaje, que junto
con los refrescos costaron 195 HRK (salimos a poco más de 4 € cada uno); vienen
a ser como unas longanizas pero sin tripa.
Allí visitamos el COMPLEJO MILITAR TURANJ (Vojni kompleks Turanj), que es un pequeño
museo al aire libre donde pueden verse tanques y hasta un avión. El museo fue creado
por un oficial retirado del ejército en 2003, en el antiguo patio trasero de
una base militar austrohúngara en ruinas, y todavía se pueden observar las
señales del combate de la última guerra. El Museo está destinado no sólo a
mostrar las armas utilizadas por el ejército croata, sino también a preservar
la memoria de las personas que sacrificaron sus vidas. Durante la guerra, en
Turanj, los defensores croatas impidieron los intentos del enemigo de tomar la
ciudad; este lugar también fue testigo de negociaciones sobre las fuerzas
armadas, el intercambio de prisioneros de guerra y la admisión de refugiados y
personas desplazadas. Para los ciudadanos de Karlovac, Turanj es símbolo de
victoria. Localizado en la misma carretera Split-Karlovac-Slunj-Plitvice.
Entrada gratuita. Nosotros lo pillamos en obras, pero se podía visitar.
Luego a menos de una hora, realizamos
otra breve parada en RASTOKE, un
bonito y pequeño pueblo con casas de madera, rodeado de un verde paisaje; aquí
confluyen los ríos Korana (el mismo que el de los Lagos de Plitvice) y
Slunjčica, creando bonitas cascadas. A pesar de ser pronto, los mosquitos aquí
nos acribillaron, menos mal que ayer compramos la loción anti mosquitos y esa
mañana habíamos comprado Fenistil (para después de las picaduras).
Y tras esta breve parada, que mereció
mucho la pena, en 20 minutos llegamos a Grabovac que es donde teníamos nuestro
alojamiento, BLACK QUEEN GUESTHOUSE.
Ayer quedamos, en que ellos no estarían cuando llegáramos, que nos dejarían las
llaves en la puerta, porque a la hora de nuestra llegada tenían un evento
familiar y no podían estar, pero cuando llegamos había una chica esperándonos.
Descargamos maletas y fuimos andando a
un pequeño súper a comprar provisiones de agua y desayuno para mañana; también
compramos para comer, por si improvisábamos algo en los Lagos.
Vimos al dueño de la casa y le dijimos
que nos recomendara un restaurante para cenar, nos dijo uno que estaba muy
cerca, así que no pensamos más. Descansamos hasta las 8’15 y salimos a cenar, a
pesar de estar muy cerca, con la poca iluminación de la carretera, decidimos ir
en la furgoneta. La verdad que la recomendación del Plitvička Vrela muy bien, pedimos
varias pizas y carne; que junto las bebidas y algún postre costó 535 HRK (unos 12
€ cada uno).
Cuando salimos de la cena, el
termómetro de la furgoneta marcaba 10º, se notaba el cambio de temperatura
respecto a noches anteriores, que estábamos a unos 20º por la noche.
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