Kilómetros
aproximados: 55.
Antes de las 9 ya estábamos visitando Korčula
en un bonito día soleado, a aquellas horas estaba muy tranquila, recorrimos sus
calles disfrutando mucho, nos alegramos de habernos quedado un rato; hacía aire
pero como había sol, se estaba bien. A lo lejos vimos un humo, que debía ser de
un incendio.
En aquellos momentos no sabíamos el trastorno que nos iba a causar aquel fuego |
Torre y Puerta Revelin |
Torre y Puerta Revelin |
Torre y Puerta Revelin |
A las 10 ya estábamos de regreso en el
hotel haciendo el check-out y ya nos fuimos a Dominče a coger el barco (el
puerto estaba muy cerca del hotel). Íbamos a cruzar a Orebić en un corto
trayecto de 15 minutos, esta línea tiene mucha frecuencia de barcos, nosotros
cogimos el de las 11; en aquella zona, el aire que llegaba del incendio era
mucho más espeso ya, y el ferry salió algunos minutos tarde esperando un camión
de bomberos.
Durante el trayecto iba cayendo ceniza
del incendio, y durante algún momento nos preocupamos, porque íbamos hacia toda
la humareda; pero pensamos que sí nos dejaban cruzar en ferry no habría
problema. Porque la mayoría de gente que coge este ferry es para ir a
Dubrovnik.
Pero mirando hacia delante, el fuego seguía ahí |
Al llegar a Orebić (un puerto muy pequeño) había mucho jaleo, vimos una señora que iba parando los coches y diciéndoles algo, evidentemente no la entendimos, pero ya empezamos a sospechar que aquella humareda era demasiado espesa y nos podía dar algún problema.
Pero como nadie nos cortaba el paso seguimos
la carretera, el humo cada vez era más espeso, se veía a la gente en la puerta
de sus casas con caras de preocupación; y al poco de salir del pueblo nos
pararon y nos hicieron dar la vuelta allí mismo. Nos quedamos un poco en shock,
porque no entendíamos que nos hubieran dejado llegar hasta allí, para hacernos
dar la vuelta.
No sabíamos que hacer, así que paramos
un momento en el parking de un súper, donde había mucha gente, estuvimos
estudiando las carreteras y vimos que desde allí no se podía salir de otra
forma, así que decidimos volver a Korčula. Aunque Orebić no está en una isla,
es como una lengua de mar, que sólo está comunicada con tierra por esa
carretera. Y además nos daba bastante inseguridad que nos hubieran dejado
llegar a la boca del incendio, queríamos salir de allí.
De nuevo en el puerto, nos pusimos en
cola y compramos los billetes rápidamente, intentamos ver si alguien nos daba
alguna información del incendio y la carretera, pero no pudimos averiguar nada.
Cogimos el ferry de las 12’30, más o
menos a las 12’50 llegamos de nuevo a Korčula, mientras íbamos pensando que hacer,
mirando horarios de barcos y precios de hoteles (quedaban pocos y muy caros
para esa noche), al final decidimos tirar hasta Vela Luka y coger el ferry,
igual que habíamos llegado desde Split, pensamos que nos iba a dar tiempo.
Sobre la 1’30 llegamos a Vela Luka,
con tiempo para coger el barco de las 2, Alfredo salió corriendo a comprar los billetes
y al llegar le dicen “barco full” y mientras nosotros en la furgoneta vemos
como zarpa antes de su hora; el de la taquilla le dice que el siguiente sale
mañana por la mañana a las 6, pero que si queremos coger ese, que nos pongamos ya
en la cola y que el barco es más pequeño. Vimos mucha gente local, que se quedó
en tierra muy mosqueada, la única solución que les daban era el catamarán, pero
no era una opción que a nosotros nos sirviera llevando vehículo.
No dábamos crédito, que desde las 2 de
la tarde hasta las 6 de la mañana no hubiera ningún ferry más, o incluso podían
traer uno desde Split que está a tres horas en ferry.
Bueno como nos teníamos que quedar
toda la tarde y toda la noche aquí atrapados, una vez dejamos la furgoneta en
cola (éramos los séptimos), fuimos a ver si encontrábamos alojamiento, preguntamos
en un hotel pero nos dijeron que estaba completo, luego seguimos un par de
carteles de sobe pero nos parecieron
tan cutres, que preferimos dormir en la furgoneta; entre eso y lo de dejar las
maletas toda la noche en la furgoneta, no nos convenció el tema del alojamiento.
Luego nos dimos cuenta que eso debe
ser algo habitual y la gente había sido muy rápida pillando los alojamientos
cercanos al puerto.
La situación en aquel momento era la
siguiente, ya teníamos hambre y no podíamos mover la furgoneta, así que paseando
fuimos a comer donde ayer, en Pod Bore, pedimos un
poco más variado que ayer, pasta, calamares y carne; salió de precio similar a
ayer, y también pagamos en metálico.
Tuvimos que llamar a la casa de
Dubrovnik para decirle cual era nuestra situación y que nos era imposible llegar,
así como a la guía que teníamos al día siguiente. No pusieron ningún problema,
ambas nos dijeron que lo sentían mucho y que nos devolverían el dinero; pensábamos
que no sería así. La guía, muy amable, nos dijo que mañana por la tarde a
primera hora tenía hueco, que la podíamos cambiar si queríamos, pero como no
estábamos seguros de llegar preferimos anular.
Hicimos una sobremesa larga y luego
volvimos al coche, no sabíamos cómo funcionaba esto de las colas en el puerto y
preferíamos asegurarnos que todo seguía igual. La tarde fue aburrida, porque no
podíamos hacer nada, al ser el vehículo el que guardaba la cola, no podíamos ir
a ningún sitio de la isla.
Estando en la furgoneta, durante un
momento nos quedamos un poco locos, porque vimos de repente llegar un montón de
coches que aparcaban al revés; charlando con unos vecinos de cola (con los que
antes ya habíamos hablado un rato), nos dijeron que eran los de la zona, que
venían a recoger a los que llegaban en el ferry, como así sucedió un poco más
tarde.
Fuimos a reservar un sitio para cenar,
Vela Luka es muy pequeño y seguro que habría mucha gente por ahí buscando para
cenar; luego a compramos agua en un súper y volvimos a dejarla al coche. Más
tarde todos juntos fuimos a tomar algo, mientras veíamos un bonito atardecer.
Durante la tarde seguimos las noticias
del incendio por internet, nos enteramos que habían llegado 300 bomberos de
Zagreb; aquel insignificante humo que vimos por la mañana, se había convertido
en un gran fuego, en los noticias lo llamaban el “big fire”.
Camino a la cena probamos a sacar dinero
con la tarjeta Bnext en tres cajeros, en uno ni nos dijo cuanto iba a costar la
operación ni a cuánto iba a hacer el cambio, otro nos dijo que hacía el cambio
a 6’79 y otro incluso algo menos; así que decidimos no sacar, al final
encontramos una casa de cambio a 7’20 y visto lo visto en los cajeros, lo dimos
por bueno.
Menos mal que habíamos reservado,
porque el pueblo estaba lleno de gente, y nos hubiera tocado esperar un buen rato, cenamos en el asador Konoba Lučica, pasamos algo de frio
porque era una terraza cubierta, pedimos algún plato de pescado pero la mayoría
pedimos carne; todo junto con las bebidas costo 795 HRK (salimos a unos 18 €
por persona). Pagamos en metálico.
Tras la cena volvimos al coche y nos
organizamos para dormir, por lo menos el parking estaba iluminado y tranquilo,
no daba inseguridad. Lo de dormir en una furgoneta a estas edades ya se hace
complicado, pero bueno no había otra. Como Luis mañana iba a tener que conducir
varias horas, fue el que eligió sitio y los demás nos adaptamos. Sacamos
toallas y toda la ropa de abrigo que llevábamos en las maletas, y también las baterías
externas, que van muy bien para casos como estos, porque por una parte
íbamos economizando batería, pero por otra íbamos gastando por el aburrimiento
y el querer estar informados del incendio.
Una noche que se hizo un poco pesada
pero no vimos otra solución; en aquellos momentos nos conformábamos con poder
coger el ferry de las 6 de la mañana.
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Durante todo el día fuimos consultando
el Google Maps y desde primera hora salía en la carretera una señal que
indicaba que era posible que estuviera cortada (esas marcas las pone la gente,
pero más o menos nos servía para hacer un seguimiento de la situación). De
hecho al salir del puerto de Orebić, lo consulte y salía que posiblemente
estaba cortada, como así fue. Esta es una evolución del corte de la carretera.
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