Día 9: Isla de Korčula

Kilómetros aproximados: 45.

Poco antes de las 8 sonaron los despertadores y a las 9 ya estábamos saliendo con las maletas cargadas, y en escasos 10 minutos llegamos al puerto.

El destino de hoy era la ISLA DE KORČULA, el puerto al que se llega es Vela Luka y la zona de embarque en el puerto de Split, es la última del puerto (por lo menos entonces sí); cuando llegamos habían pocos coches y las vistas de Split desde allí eran muy bonitas.




Este día no nos pusieron ninguna pega con las medidas de la furgoneta, no nos dijeron nada; eso sí, nos dimos un pequeño susto, porque no encontrábamos los papeles del coche, resulta que no estaban donde siempre, pero afortunadamente los encontramos en poco tiempo.



El barco salió puntual a las 10’15, el trayecto de Split a Vela Luka son casi tres horas, y este barco era mucho más grande que el de ayer y estaba mucho mejor.

Pasó muy cerca de la Isla de Brač y de la Isla de Hvar, hacia el final del trayecto se notaba bastante aire y llegó con unos 20 minutos de retraso; el puerto de Vela Luka es muy pequeño y la llegada al puerto es algo caótica con tan poco espacio, sólo hay un muelle.








Llegando a Vela Luka

Era hora de comer así que buscamos sitio en los restaurantes más cercanos y nos dijeron que no, así que seguimos un poco más adelante, y en Pod Bore nos dieron sitio sin problema, comimos muy bien en una agradable mesa redonda; pedimos cinco platos de pasta y una piza, todos los platos nos gustaron bastante; que junto con las bebidas costó 770 HRK (salimos a 17 € por persona). Pagamos en metálico.



Tras la comida, salimos de Vela Luka, con dirección a la otra parte de la isla, a Korčula, el viaje hasta allí fueron unos 40 minutos, la carretera es buena, algo montañosa y todo el rato un sube y baja, con curvas, pero bien. Durante el trayecto vimos el termómetro a 12º y eran las 4 de la tarde; ayer leímos que hoy iba a soplar un viento llamado bura.


El bura (llamado también bora) es un viento repentino, racheado, seco, frío; la temperatura del aire puede bajar en un corto tiempo 10 grados; sopla en ráfagas desde el frio interior del este del Adriático. Sopla con más frecuencia, más fuerte y más tiempo en invierno (3-7 días), en verano sopla con menos frecuencia, es más débil y más corta (hasta 2 días). Es más fuerte sobre las 10 y de 18 a 22 horas, se hace más débil alrededor de mediodía y medianoche. Es el viento más fuerte y más peligroso para navegar, debido a su repentina aparición y rápido desarrollo.

Al llegar al hotel, media hora de descanso y ya salimos a visitar el centro de Korčula, hacía mucho aire, y pudimos comprobar la famosa estructura de las calles con forma de espina de pez. En el enlace de la Oficina del Turismo se puede ver el mapa.

KORCULA todas las civilizaciones que se establecieron en la isla dejaron su huella y legado: griegos, romanos, venecianos, franceses y austrohúngaros. La ciudad de Korčula está rodeada de murallas, pero la gran curiosidad es que está construida en forma de espina de pez, alrededor de la calle central llamada Korčulanskog statuta; de esta forma el viento mistral del verano refresca al entrar por las calles occidentales, mientras que en invierno minimizan la fuerza del bura que entra desde oriente.

Se entra por la bonita TORRE Y PUERTA REVELIN (Veliki Revelin), que es la puerta de acceso a la ciudad, también llamada “Torre de la Puerta del Sur”.


En nada llegamos a la CATEDRAL DE SAN MARCOS (Katedrala Sv. Marka), situada en el punto más alto de la ciudad, fue construida en los siglos XV y XVI por maestros italianos. La iglesia es pequeñita y se puede subir a la torre, donde por supuesto los chicos subieron, las escaleras son estrechas y las vistas bastante bonitas. Tanto la iglesia como la torre son de pago, pero no recuerdo cuánto.















Seguimos paseando, la tarde no era muy buena, pero por lo menos había muy poca gente y se estaba muy tranquilo; pudimos comprobar como en algunas calles no corría nada de aire.








Y llegamos a la CASA Y TORRE DE MARCO POLO (Kula Kuće Marka Pola), según los habitantes de la ciudad, Marco Polo, el mayor viajero y explorador de todos los tiempos, nació en Korčula en 1254; pero es algo que no está demostrado y que los venecianos también reclaman. La casa familiar de los Polo en Venecia fue reemplazada por un teatro, mientras que Korčula han conservado su casa familiar.

La gente no recomienda la visita, porque hay muy poco que ver; pero a pesar de ello, como la tarde era un poco desapacible íbamos a entrar, pero al llegar nos dijeron que estaba cerrada, que podíamos ir al museo que se encuentra fuera de las murallas. Y allí que nos fuimos, pero cuando preguntamos cuanto valía la entrada, salimos escandalizados, no recuerdo cuanto era, pero algo así como 10 €, una locura.

Hacia el final de la tarde se estaba algo mejor, pero tras dar una vuelta paramos a tomarnos un capuchino calentito, muy malo por cierto.

Sobre las 8 de la tarde fuimos a buscar sitio para cenar, preguntamos en un par de restaurantes y ya no tenían sitio, y cuando en otro nos dijeron que teníamos que esperar un poco, no lo dudamos y reservamos; entonces dimos otro paseo, el viento había parado un poco y se estaba mejor que por la tarde.



Cenamos en Konoba Mareta, una cena correcta sin más, pero por lo menos bien de precio, y un lugar bastante confortable, muy agradable con varias pequeñas salas, pedimos un plato de carne, un plato de pescado y marisco, mejillones, pulpo y fiambre; que junto con la bebidas costó 755 HRK (salimos a 17 € por persona).










Paseo de regreso al hotel y decidimos que como para mañana las previsiones del tiempo eran buenas, a primera hora daríamos una vuelta para ver Korčula con sol.

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