Día 7: Trogir y Split

Kilómetros aproximados: 155.

Esta mañana nos levantamos algo más tarde y salíamos de la casa sobre las 8’45 con las maletas ya cargadas. La primera parada fue en McDonald's para desayunar, mejor que ayer porque aquí sí había McCafé; pedimos cafés varios y bollos varios, que nos costaron 100 HRK (salimos a poco más de 2 € cada uno).

La primera parada del día iba a ser Trogir, una hora y media teníamos hasta allí, la mayoría del viaje fue tranquilo, pero los últimos 15-20 kilómetros se hicieron un poco insufribles con tanta curva.


TROGIR fue fundada por los griegos, durante el siglo I d.C. pasó a depender del Imperio romano hasta su caída en el siglo V. Siglos más tarde en su lucha contra los venecianos, los reyes de Hungría consiguieron que Trogir se pusiera de su parte a cambio de garantizar su independencia; pero en 1420 tras un largo asedio, los venecianos devastaron gravemente la ciudad, y permanecieron hasta 1797. Que fue cuando cayeron bajo la dominación de las tropas napoleónicas hasta 1814, fecha en que fue liberada por los austriacos que la anexionaron a su Imperio hasta 1914. Luego tras la Primera Guerra Mundial, formó parte del entonces recién creado estado Yugoslavo. Tras su independencia, en 1997 fue incluida como Patrimonio de la Humanidad.

En su céntrica Plaza Juan Pablo II (Trg Ivana Pavla II) se encuentran los principales edificios históricos, entre los que destaca la CATEDRAL DE SAN LORENZO (Katedrala Sv. Lovre), cuyas obras se prolongaron durante casi cuatro siglos, por ello es una mezcla elementos románicos, góticos e incluso renacentistas y barrocos; el Portal de Radovan de 1240 es el principal de la catedral y constituye una obra maestra. No llegamos a entrar porque en aquel momento había mucha gente.

Catedral San Lorenzo

Loggia

Luego callejeamos un rato para salir del gentío y disfrutar de la tranquilidad que ofrecen algunas de sus calles.




Llegamos a la FORTALEZA KAMERLENGO (Tvrđava Kamerlengo), construida por los venecianos en el siglo XV, como base naval de sus navíos en esta parte del Adriático; también servía como puesto de vigilancia y residencia del gobernador. Hoy en día es un espacio multiusos; aunque está vacío por dentro, ofrece buenas vistas desde la Torre. Horario: todos los días desde las 9. Tarifa: 25 HRK.





Como siempre, subieron los chicos, y las vistas que tiene la verdad que no están nada mal.





Seguimos por la RIVA, muy concurrida a aquellas horas; los barcos atracados allí mismo tan cerca, hace que pierdas perspectiva y que casi ni corra el aire.


Así que regresamos hacia las calles interiores buscando la sombra y el fresco.




Su centro histórico es muy bonito, pero muy pequeño, se pueden encontrar algunas calles tranquilas sin gente, pero en otras con tanta terraza, el centro se encuentra un poco masificado; además nosotros habíamos pillado la hora punta de los tours. Así que dimos por vista Trogir en una hora y media más o menos, pagamos el parking y nos fuimos.

Hasta Split no teníamos ni una hora de viaje y la idea inicial era comer allí, pero entre que queríamos hacer parada en un supermercado a comprar provisiones, localizar la casa y buscar sitio para comer, pensamos que se nos haría muy tarde.

Así que paramos en un asador justo en la carretera, se llamaba Mamut, yendo a un asador no nos íbamos a complicar mucho, así que pedimos el mix de carnes de cordero y cochinillo, para cinco personas (yo tenía poca hambre); la verdad que para ser improvisado no estuvo mal, los platos de carne junto con la bebida costaron 550 HRK (salimos a 12 € cada uno). Lo único malo del sitio, es que tuvimos un par de abejas rondando durante la comida. Solo se podía pagar en efectivo.




Inicialmente cuando preparábamos el viaje, pensamos en reservar una visita guiada para Split, pero como no estábamos seguros si nos daría tiempo, lo dejamos. Pero estando allí en la comida, vimos que había hueco disponible para la visita durante la tarde; se nos haría de noche, pero era eso o nada, así que reservamos.

Al llegar a Split, lo primero fue parar en un supermercado a comprar provisiones para desayunar y agua.

Por toda la ciudad hay pintadas del equipo de fútbol

Luego rumbo al apartamento, llegamos un poco antes de lo previsto, y mientras esperábamos, paramos en una esquina encima de la acera y una chica que pasó con el coche paró para decirnos que ni se nos ocurriera aparcar allí, que la multa eran 200 €, y nos dio instrucciones de los parkings de la zona gratis y de pago.

Al poco llegó el de la casa, era un tercer piso sin ascensor (cosa que ya sabíamos), pero subir con las maletas con el calor que hacía a esas horas se hizo algo pesado; y además en la casa en aquellos momentos, como hasta entonces no estaba puesto el aire acondicionado, también hacía mucho calor.

Descansamos una hora y ya nos fuimos directos a nuestra visita guiada, que comenzaba a las 6 de la tarde.

SPLIT creció alrededor del Palacio de Diocleciano, quien nació cerca, concretamente en Salona, en el año 245; se retiró en el 305 al Palacio y fue sepultado allí en el 313. El palacio fortificado se convirtió después en una fábrica de uniformes romanos y en el núcleo de la ciudad.

Tras la caída del Imperio romano, pasaron diversas civilizaciones como bizantinos y húngaros. En 1420 cuando los venecianos obtuvieron la soberanía de Dalmacia, años durante los que la ciudad prosperó; los venecianos estuvieron hasta 1797, cuando Napoleón disolvió la Republica de Venecia. Luego pasaron bajo control austriaco, y después nuevamente bajo control francés, integrando la ciudad en el “Reino napoleónico de Italia”.

Tras la Primera Guerra Mundial pasó a formar parte del Reino de Yugoslavia; durante muchos años se llamó Spalato y en 1919 fue nombrada oficialmente Split.

Los italianos ocuparon la ciudad en 1941 anexionándola al Reino de Italia, pero el ejército encontró una fuerte resistencia entre los habitantes de etnia croata; incluso los equipos de fútbol HNK Hajduk Split y RNK Split, rehusaron participar en la liga italiana.

En septiembre de 1943 Italia capituló y la ciudad fue ocupada por el ejército del mariscal Tito, pero unas semanas más tarde el pro fascista Estado independiente de Croacia ocupo la región. Algunas zonas de la ciudad antigua y el puerto, fueron dañadas durante esta ocupación por los bombardeos alemanes y aliados.

La guía primero nos hizo una introducción general de la ciudad, y salimos hacia la RIVA, parte muy importante para los habitantes de la ciudad y donde les gusta salir a tomar algo.



Y luego ya nos centramos en el PALACIO DIOCLECIANO (Dioklecijanova Palača), al principio antes de preparar el viaje, cuando leía Palacio, pensaba en un edificio grande, hasta que no profundice, no vi que no era un edificio, sino una pequeña ciudad; los romanos siempre pensaban a lo grande.

Foto: wikipedia
Así se supone que era el Palacio de Diocleciano

PALACIO DIOCLECIANO uno de los monumentos mejor conservados de la arquitectura romana en el mundo. El Palacio del Emperador se construyó como una combinación de una villa de lujo y un campamento militar romano (castrum). Dividido por dos calles principales en cuatro partes, la sur era la del Emperador, mientras que el norte era para el ejército. Es un edificio rectangular (215 x 180 metros) con cuatro torres grandes en las esquinas, puertas en cada uno de los cuatro lados y cuatro torres más pequeñas en las paredes.

Durante el paso de los siglos su aspecto ha cambiado bastante respecto del original, durante muchos años los ciudadanos huyendo de invasores, se acabaron refugiando entre sus muros, y fueron construyendo sus casas y negocios entre los muros o incluso aprovechándolos; pero los contornos del Palacio Imperial todavía son muy visibles. En 1979 el núcleo historio de Split con el Palacio de Diocleciano se declaró Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Maqueta del palacio

Catedral San Dominus

Vestíbulo

Vestíbulo


Peristilo

Peristilo

Plaza del Pueblo

Puerta de Oro

Puerta de Oro


Fue un agradable paseo de dos horas, antes de despedirnos, nos recomendó unas vistas de la ciudad desde las afueras y le dijimos que nos recomendara un bar para cenar; nos explicó que los lugares que se llaman konoba (su traducción real es, taberna), generalmente son lugares más baratos.

Ya eran las 8 y como era sábado, no nos podíamos entretener para ir a cenar, fuimos a Konoba Fife (el que nos había recomendado la guía), muy frecuentado tanto por gente local como por turistas. Aunque hubo que esperar un ratillo no fue mucho, pedimos lo que nos recomendó la guía como típico, “risoto negro” y “pašticada” que es ternera en salsa con vino y vinagre, que acompañan de ñoquis, también pedimos calamares; pedimos un par de platos de cada. La comida bastante buena, raciones muy grandes y buen precio, costó 605 HRK (salimos a cerca de 14 € cada uno). Solo se podía pagar en efectivo.

"risoto negro"

"pašticada"




Un helado de regreso a cada como todas las noches; por cierto llevábamos una semana y todavía no habíamos encontrado un buen helado de verdad. Y a las 10 y poco en casa.

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