Tras los griegos y los romanos, llegó el
Imperio bizantino y con ellos su cristianización, sobre todo a mediados del
siglo IX cuando el emperador bizantino Basilio I envió sacerdotes. En aquella época, los
habitantes de la actual Serbia no tenían organización política, pero ya estaban
divididos en dos territorios: Zeta (Montenegro) y Rascia (actual Serbia).
En 1217 tras la coronación de Stefan
II Nemanjić, fue creado el Reino de Serbia, tras heredar los territorios
unificados por su padre, Stefan Nemanja, que fue considerado el fundador del
estado serbio. Con las anexiones y alianzas posteriores, el reino se convirtió
en uno de los más importantes de Europa y en 1346 Stefan Uroš IV Dušan, fundó
el Imperio serbio, cuyos dominios abarcaban gran parte de los Balcanes.
El imperio se desmoronó tras la subida
al trono de su hijo, Stefan Uroš V, quedando dividido en pequeños reinos, que
acabaron siendo invadidos por el Imperio otomano. En 1389 los turcos se estaban
expandiendo territorialmente y derrotaron a los serbios en la famosa batalla de
Kosovo. Con la caída de Belgrado en 1521, todo el imperio quedó bajo soberanía
otomana, que significó una gran represión para los serbios, que además fueron
obligados a convertirse al islam; gran parte huyó hacia la actual Voivodina.
Tras la guerra austrohúngara de 1716,
esta zona se independizó de los turcos, quedando bajo la soberanía de los
Habsburgo, pero tras la guerra de 1736 los otomanos la reconquistaron.
Tras dos Insurrecciones, ganaron
cierta autonomía y así nació en 1815 el Principado de Serbia, pocos años más
tarde, ampliaron sus derechos sobre un territorio más amplio y les permitieron
establecer en Belgrado un Patriarcado de la Iglesia ortodoxa serbia, que era
independiente del Patriarcado de Constantinopla.
Tras nuevos enfrentamientos con los
turcos y la severa represión llevada a cabo por el ejército, el zar Alejandro
II de Rusia declaró la guerra a los turcos, que fueron derrotados y obligados a
firmar la rendición en el Tratado de San Stefano de 1878, dictado por el
Gobierno ruso, en el que se reorganizaban las antiguas posesiones balcánicas
del Imperio otomano y se reconocía la independencia de Serbia. Pocos meses
después el Congreso de Berlín revisó este Tratado.
El 23 de marzo de 1882 el príncipe
serbio, Milán IV Obrenović, proclamó el Reino de Serbia; más tarde con Pedro I,
se alió con Bulgaria, Montenegro y Grecia (formando la Liga de los Balcanes),
para enfrentarse al Imperio otomano en la Primera Guerra de los Balcanes en
1912. Luego aliado con turcos, montenegrinos, rumanos y griegos, luchó contra
Bulgaria en la Segunda Guerra de los Balcanes. Estas guerras culminaron con los
Tratados de Londres y Bucarest en 1913, con los que el Reino de Serbia triplicó
su territorio, gracias a la adjudicación de parte de Macedonia, Kosovo y partes
de la propia Serbia. Pero estos tratados no lograron satisfacer a ninguna de
las partes, ni al resto de potencias con intereses en la zona, agravando la
tensión en los Balcanes, que a larga desemboco en el atentado de Sarajevo.
El 28 de junio de 1914 fueron
asesinados en Sarajevo, el archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa
Sofia Chotek; entonces Serbia pertenecía al Imperio austrohúngaro. Austria
declaró la guerra al Reino de Serbia, y Rusia salió en defensa de Serbia, lo
cual llevó a los austrohúngaros y sus aliados del Imperio alemán, a declarar la
guerra a Rusia también. El imperio otomano y el Reino de Bulgaria se aliaron
con los austrohúngaros, y por otra parte Rusia y Serbia recibieron el apoyo de
Francia y Reino Unido. A pesar del éxito inicial, los serbios fueron derrotados
por las fuerzas conjuntas del Imperio alemán, Imperio austrohúngaro y Bulgaria,
y los serbios se retiraron hacia Grecia. En Salónica unieron fuerzas con
franceses, británicos, griegos e italianos, que tras la capitulación de
Bulgaria consiguieron la liberación de Serbia.
El 1 de diciembre de 1918 se creó una
monarquía parlamentaria, el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (que
también comprendía Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Macedonia). La rivalidad
entre serbios y croatas se acentúo y en 1928 un diputado montenegrino disparó a
un político croata (que murió días más tarde), este pretexto sirvió a Alejandro
I Karađorđević, para proclamar una dictadura real y el 3 de octubre de 1929
pasó a llamarse Reino de Yugoslavia. Pero las tensiones étnicas entre serbios y
croatas, fueron en aumento en el periodo entreguerras.
En le Segunda Guerra Mundial, el 6 de
abril de 1941, Hitler ordenó la invasión del Reino de Yugoslavia, tras la cual
fue disuelto. En Serbia se instauró un gobierno militar colaboracionista y
otras zonas fueron repartidas en los países del Eje, aliados con Alemania.
La resistencia a la ocupación se
organizó en dos frentes: por un lado los chetniks que eran una resistencia
monárquica y anticomunista comandada por Draža Mihajlović, y por otro lado los
partisanos comunistas dirigidos por Josip Broz “Tito”. Desde el principio estas
tropas estaban enfrentadas, pero en 1942 Mihajlović concentro sus fuerzas en
combatir a los partisanos, en vez de los alemanes; pero cuando Churchill,
Stalin y Roosevelt fueron conocedores de esto, suspendieron toda la ayuda, que
hasta ese momento estaban dando a los chetniks y acabaron desconfiando por
completo.
Tras la guerra, en noviembre de 1945
el Partido Comunista de Yugoslavia liderado por Tito ganó las elecciones (los
monárquicos se negaron a participar en las elecciones), e iniciaron el proceso
de gobierno de la República Democrática Federal de Yugoslavia (el nombre ya
existía antes de constituirse oficialmente), compuesta por seis repúblicas
socialistas: Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Montenegro y
Serbia. Cambió un par de veces de nombre y en 1963 pasó a llamarse República
Federativa Socialista de Yugoslavia, que fue su denominación más conocida.
En 1967 Yugoslavia se convirtió en el
primer país comunista en abrir sus fronteras a todos los visitantes extranjeros
y abolir la exigencia de visado.
Proliferaron distintos grupos
nacionalistas que amenazaban la estabilidad, así que en 1974 se acordó la
creación de las provincias autónomas de Kosovo y Metohija, y de Voivodina,
dentro de Serbia.
Ese mismo año 1974, Tito fue nombrado
presidente vitalicio, y a partir de entonces su participación en la política y
el gobierno iba poco a poco disminuyendo; murió en 1980.
En mayo de 1989, Slobodan Milošević,
fue elegido presidente de la República Socialista de Serbia, su primera medida
fue eliminar la autonomía de las provincias de Kosovo y Voivodina. El 28 de
junio, en plena efervescencia nacionalista, Milošević se presentó en Kosovo, en
una zona de mayoría albanesa (para conmemorar los 600 años de la batalla de en
la que los cristianos fueron derrotados por los turcos), donde ante más de un
millón de serbios, pronunció el célebre discurso de Gazimestán, una exaltación
de los ideales serbios que trajo graves consecuencias. Desde el principio de su
llegada al poder, ya se pensaba en el peligro que suponía su actitud para el
futuro de Yugoslavia.
En la década de los 90, afrontaron
diversos conflictos étnicos, que obedecieron a causas políticas, económicas y
culturales, así como a la tensión religiosa. Hubo muchos detonantes, los
principales fueron la abolición de la autonomía de Kosovo y Voivodina, pero sobre todo que los
serbios de la región croata de Krajina declararan su independencia de Croacia en
1991. Todo esto llevó a una cruenta guerra con Croacia y más tarde una
sangrienta guerra con Bosnia y Herzegovina. Estas guerras terminaron con gran
parte de la ex Yugoslavia, reducida a la pobreza.
En 1992 los Gobiernos de Serbia y
Montenegro, acordaron la creación de la nueva federación, llamándola República
Federal de Yugoslavia.
Tras las elecciones de septiembre de
2000 y con el país en bancarrota, la oposición acusó de fraude a Milošević; y tras las protestas y manifestaciones, le forzaron a entregar el poder a la Oposición Democrática. El 28 de junio de 2001 fue entregado por
las autoridades serbias al Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia,
que le acusaba de crímenes en las guerras de Croacia, Bosnia y Herzegovina, y
Kosovo. Su juicio se prolongó hasta su muerte en 2006 (oficialmente por causas
naturales), y en 2016 el Tribunal lo exoneró de la responsabilidad de los
supuestos crímenes.
En las elecciones del 23 de diciembre
de 2000, el partido Oposición Democrática de Serbia consiguió una amplia victoria,
y Zoran Đinđić fue nombrado Primer ministro de Serbia el 25 de enero de 2001;
convirtiéndose en el primer Jefe de Gobierno serbio no comunista desde la
Segunda Guerra Mundial.
El 4 de febrero de 2003 entró en vigor
una nueva Constitución y pasó a denominarse Serbia y Montenegro (oficialmente
Unión Estatal de Serbia y Montenegro).
El Primer ministro Zoran Đinđić, que
había iniciado una política aperturista y de acercamiento a Occidente, fue el
responsable de la entrega de Slobodan Milošević; y el 12 de marzo de 2003 fue
asesinado con dos disparos, cuando se dirigía a la sede del Gobierno en
Belgrado, el atentado fue instigado por la mafia serbia, que tenía importantes
vínculos con Milošević. Đinđić se había granjeado bastantes enemigos por su
talante pro-occidental, por haber arrestado a Milošević y enviarlo a La Haya, y
por luchar contra el crimen organizado. Fue asesinado por miembros de del grupo
paramilitar Guardia Voluntaria Serbia (SDG por sus siglas en serbio) y también
participaron en el asesinato miembros de la mafia serbia, del Clan de Zemun; en
2012 la Policía Nacional española detuvo en Valencia a dos de ellos.
En los sucesivos gobiernos, con Boris
Tadić, de Presidente, supusieron un acercamiento de Serbia a la comunidad
internacional y a la Unión Europea, así como una normalización de sus
relaciones internacionales y con las otras ex repúblicas yugoslavas.
El 31 de mayo de 2006, tras un
referéndum realizado en Montenegro, el 55 % de sus habitantes votaron a favor de la independencia,
logrando separarse de Serbia sin una guerra; los montenegrinos incluso se habían
involucrado en las guerras contra Croacia y Bosnia, pero la desigual posición
que tenían ambos grupos en la república, hizo que la tensión entre serbios y
montenegrinos, fuera aumentando con los años. En días posteriores Montenegro fue
reconocido por diversos países del mundo, incluyendo Serbia, y no sufrieron los
horrores de otros países para independizarse.
La situación de Kosovo se complicó
cuando el 17 de febrero de 2008, sus dirigentes proclamaron unilateralmente su
independencia. El gobierno serbio en pleno, con su presidente Boris Tadić y su
Primer ministro Vojislav Kostunica a la cabeza, anunció que se trataba de una
violación del derecho internacional y que nunca reconocería su independencia.
Un grupo de países reconocieron al nuevo Estado, pero otros no lo hicieron, por
lo que su estatus quedó en el aire hasta nueva resolución.
La normalización de las relaciones
internacionales del país y sus aspiraciones de acceso a la Unión Europea, se
vieron fortalecidas por la captura y entrega al Tribunal Penal Internacional
para la ex Yugoslavia, de los dos hombres más buscados por su papel en las
guerras yugoslavas, Radovan Karadžić y Ratko Mladić; entregados en 2008 y 2011
respectivamente, mientras se ocultaban en territorio serbio.
Actualmente desde el 31 de mayo de
2017 el presidente es Aleksandar Vučić, un antiguo ultranacionalista convertido
en europeísta (anteriormente ocupó el cargo de Primer ministro) del Partido
Progresista Serbio, que está a favor del ingreso de Serbia a la Unión Europea,
la lucha contra la corrupción y la reconciliación con Kosovo. La primera
ministra, Ana Brnabić, también está a favor de la integración europea. El
Ministro de Defensa, Aleksandar Vulin, del Partido Socialista, aboga por dividir
Kosovo para separar "permanentemente" a serbios y albaneses. Pero la
Comisión Europea, ya ha avisado de que no entrarán nuevos países de los
Balcanes en la Unión Europea, si no resuelven antes las disputas territoriales.
Su población aproximadamente es en un
85% serbios (ortodoxos), 5% croatas (católicos) y 3% musulmanes.
Personas influyentes en la historia
reciente del país:
Josip Broz
Conocido por su título militar,
mariscal “Tito”, de padre croata y madre eslovena, nació en la actual Croacia,
por aquel entonces parte del Imperio austrohúngaro.
En 1920 se afilió al partido comunista
yugoslavo, en los siguientes años organizó distintas manifestaciones y tuvo una
importante participación política, que le llevo a la cárcel entre 1928 y 1934.
Tras ser liberado, vivió exiliado en Austria y en 1940 regresó a Zagreb, y fue
nombrado secretario general del Partido Comunista Yugoslavo; en este periodo
apoyo la política de Stalin y criticó el fascismo italiano y el nazismo germánico.
En abril de 1941, Yugoslavia fue
invadida por las fuerzas del Eje, los comunistas fueron los primeros y más
radicales en organizar el movimiento de resistencia. También surgió otro
movimiento de resistencia, los monárquicos “chetniks” que inicialmente fueron
apoyados por los Aliados; sin embargo después que los Aliados descubrieron el
doble juego de los “chetniks”, dieron su apoyo a los partisanos de Tito.
En 1943 se establecieron las bases de
la organización posterior a la guerra dentro del país, concibiéndola como una
federación y nombrando a Tito como mariscal de Yugoslavia, Primer ministro y
Ministro de Defensa. El 4 de diciembre mientras la mayoría del país todavía
estaba ocupada por el Eje, Tito proclamó un gobierno democrático y provisional.
El 5 de abril de 1945, Tito firmó un acuerdo
con la Unión Soviética, en el que se permitía la entrada temporal de las tropas soviéticas en
territorio yugoslavo; y los partisanos con la ayuda del Ejército Rojo ganaron
la guerra contra los nazis.
Tras la guerra ganó las elecciones por
abrumadora mayoría, por el apoyo popular masivo, al considerarlo la población
como el libertador de Yugoslavia, y fue nombrado Primer ministro.
Al principio Tito era muy leal a Moscú
y tomó como ejemplo el sistema soviético, pero desarrolló el socialismo en su
país de forma diferente, algo que fue calificado como “titoísmo”. Stalin
intentó asesinarlo varias veces sin éxito, hay reconocidos 22. En una ocasión Tito escribió a Stalin: «¡Deja de mandar gente para matarme!, ya hemos capturado a 5 de ellos; si no dejas de mandar a asesinos, enviaré a uno a Moscú y no tendré que enviar a otro», esta carta se encontró entre los efectos personales de Stalin.
Utilizó el alejamiento de la URSS para hacer acercamientos a Estados Unidos, fue el único líder socialista con éxito en desafiar el liderazgo de Stalin, y todo esto le proporcionó mucho reconocimiento internacional.
Utilizó el alejamiento de la URSS para hacer acercamientos a Estados Unidos, fue el único líder socialista con éxito en desafiar el liderazgo de Stalin, y todo esto le proporcionó mucho reconocimiento internacional.
En 1974 aprobaron una nueva
Constitución y fue nombrado presidente vitalicio, desde entonces su
participación en la política y el gobierno, poco a poco iba
disminuyendo; en aquellos momentos tenía 82 años.
Murió en Ljubljana (Eslovenia) en 1980 con 87 años
de edad y fue enterrado en un mausoleo en Belgrado, llamado Kuća Cveća (La Casa
de las Flores). Dejó una gran influencia en los Balcanes del siglo XX, eso sí,
su figura es controvertida; por un lado, fue considerado un luchador en busca
de un auténtico modelo socialista e igualitario y por otro lado, fue acusado de
su responsabilidad en masacres durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Tras su muerte, ya comenzó a especularse,
si sus sucesores podrían seguir manteniendo unida Yugoslavia.
Slobodan Milošević
Tras la muerte de Tito en 1980,
Milošević con 39 años, comenzó a abrirse paso en el mundo de la política.
En mayo de 1989 fue elegido presidente
de la República Socialista de Serbia, su rápido ascenso en política, coincidió
con una radicalización del nacionalismo en unos momentos en los que el
socialismo perdía fuerza. Bajo su dirección, se inició una afirmación
institucional de la identidad serbia, en detrimento de las demás minorías
nacionales yugoslavas.
El 28 de junio de 1989, en plena
efervescencia nacionalista, Milošević se presentó en Kosovo Polje, el escenario
de la Batalla de Kosovo, en el 600 aniversario de la derrota contra los turcos,
donde ante un millón de personas, pronunció el célebre Discurso de Gazimestán,
una exaltación nacionalista, que trajo graves consecuencias futuras y que
muchos analistas consideran el "pistoletazo de salida" a las Guerras
Yugoslavas.
La oposición comenzaba a verlo como
una amenaza por su nacionalismo, pero el 20 de diciembre de 1992, fue reelegido
como presidente y esta vez en unas elecciones.
Muchos lo consideran el causante de la
desintegración de la República Federal Socialista de Yugoslavia y de las
guerras que allí se produjeron, con ataques deliberados contra la población
civil, y que han sido calificados como crímenes contra la humanidad, genocidio
y limpieza étnica, de los que como presidente de Serbia tenía la
responsabilidad.
En octubre del año 2000 (cuando era
casi segura su caída, tras fuertes protestas por fraude electoral) mandó sacar
los tanques a la calle contra su propio pueblo, pero la orden no fue obedecida
por sus oficiales ante el riesgo de provocar una guerra civil.
Las nuevas autoridades serbias lo
entregaron en 2001 para ser juzgado por el Tribunal Penal Internacional para la
ex Yugoslavia. Y el 11 de marzo de 2006, mientras estaba siendo juzgado, fue
hallado muerto en su celda, la autopsia declaró que sufrió un fallo cardíaco,
aunque su abogado sospechaba que podía haber sido envenenado; tenía entonces 65
años.
En julio de 2016, el Tribunal Penal
Internacional para la ex Yugoslavia, diez años después de que Milošević muriera
en extrañas circunstancias, lo exoneró de la responsabilidad en supuestos
crímenes de guerra cometidos en Bosnia entre los años 1992 y 1995.
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